Tengo clientes muy avispados. Uno de ellos intenta convencerme de que la mejor manera de medir la eficiencia operacional (que ha aumentado increíblemente en su empresa a raíz de nuestro trabajo de consultoría) es echar mano del coste de la mano de obra directa. Así: sin anestesia ni nada.
Si uno echa mano de la literatura, que la hay abundante, pronto descubre que la eficiencia productiva suele ser una combinación de ciertas variables. A saber:
- El coste unitario del producto
- El tiempo de fabricación
- El rendimiento y calidad del proceso
Cuando eliminas actividades que no añaden valor; cuando aprovechas mejor los recursos; cuando disminuyes los consumos; cuando mejoras la planificación de la producción; cuando estableces una imagen impecable en el área de producción (5S); cuando gestionas mejor la cadena de suministro; cuando implicas a los trabajadores en la mejora de la productividad, fomentando su participación… Cuando todas estas cosas suceden, mejora la eficiencia operativa.
¿He hablado yo en algún momento de despedir trabajadores o negociar su convenio salarial? No, ¿verdad? Lo dicho: uno a veces se encuentra con clientes que se creen muy audaces.