En Costa Rica, nuestros clientes galvanizadores han tenido la idea de fabricar protectores sanitarios como los que ya se construyen usando policarbonato y acrílico. Nos preguntan si ellos pueden defender la idea de fabricar la estructura con acero galvanizado y justificar que es un material donde el coronavirus SARS-COV-2 no pervive demasiado tiempo.
La respuesta es difícil porque, en este momento, hay muy poca información disponible. Se sabe que los virus pueden sobrevivir por cierto tiempo en superficies externas al cuerpo humano. Según CDC (Centros Europeos para el Control y la Prevención de Enfermedades), es posible contraer el virus responsable del brote actual con solo tocar una superficie u objeto con el virus y luego tocarse la cara. Pese a ello, se cree que se propaga principalmente de persona a persona a través de gotitas respiratorias producidas cuando una persona infectada tose o estornuda.
Una investigación del 17 de mazo de 2020 del Instituto Estadounidense de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) ha determinado cuánto tiempo sobrevive el virus en el aire y en las superficies. En el estudio se probó con virus en plástico, acero inoxidable, cobre y cartón. También utilizaron un tambor giratorio para suspender el virus en aerosoles, una neblina de pequeñas gotas, para ver si el virus podría permanecer en el aire.
El SARS-CoV-2 permaneció activo en superficies de plástico y acero inoxidable durante dos o tres días en las condiciones de este experimento. Pero solo 24 horas en cartón y cuatro horas en cobre. Estos tiempos varían dependiendo de factores como temperatura, humedad, ventilación y cantidad de virus depositado. Todos sabemos que la humedad sobre el aluminio o el acero inoxidable permanece por mucho tiempo sobre estas superficies.
Dado que el cobre posee un potencial de reducción más similar al zinc que al acero inoxidable, y debido a que sobre la superficie húmeda del zinc se forman hidróxidos de zinc (que son básicos), cabe pensar que la perdurabilidad del coronavirus en el acero galvanizado sea incluso menor que en el cobre. Esta cuestión puede ser rebatida por algunos argumentando que, en metales como el acero inoxidable o el aluminio, también se forman óxidos complejos. Pero, hasta la fecha, la farmacología está estudiando el zinc, no el cromo o el níquel, para combatir a los virus. Se sabe que el zinc inhibe de manera eficiente la replicación de una variedad de virus ARN, incluidos el virus de la polio y la gripe, que son del tipo coronavirus. Este efecto se ha atribuido a la interferencia con el procesamiento de poliproteínas virales.
Evidentemente, no hay ninguna certeza para nuestra afirmación. Quienes confían en el zinc como remedio para el resfriado (que es una enfermedad provocada por un coronavirus) saben que deben tomarlo también cuando comienzan a sentir picazón en la garganta. Décadas de investigación ha demostrado que el uso de pastillas de zinc a lo largo de un resfriado marca la diferencia. Un estudio de 2010 de la Universidad de Leiden en los Países Bajos probó que, para un hermano del SARS-CoV-2, el SARS-CoV-1 (el SARS original del brote de 2003), el zinc afecta la máquina de síntesis de ARN del virus.
Por tanto, adelante con el protector de acero galvanizado. Eso sí, que la desinfección de su superficie se realice con alcohol y no con lejía.
Referencias
- Persistence of coronaviruses on inanimate surfaces and their inactivation with biocidal agents. Disponible en este link.
- Aerosol and Surface Stability of SARS-CoV-2 as Compared with SARS-CoV-1. Disponible en este link.
- Zn Inhibits Coronavirus and Arterivirus RNA Polymerase Activity In Vitro and Zinc Ionophores Block the Replication of These Viruses in Cell Culture. Disponible en este link.