Una vez conocí a un tipo de quien nunca logré entender nada cuando hablaba sobre cuestiones profesionales. Lo mismo que si me hablase en chino o en suajili, con la peculiaridad de que obviamente compartíamos el mismo habla castellana. A su manera, era un tipo eficiente, pero cada vez que abría la boca parecía estar sobrevolando nuestras vulgares cabezas por un cielo al que muy pocos pueden acceder. Si ustedes han leído algo de Hegel, sabrán a lo que me estoy refiriendo…
En inglés hay una expresión muy simpática para denominar este argot ininteligible: mumbo jumbo. Y en Seis Sigma hay mucho de eso: muchísimo. En su libro «Jack: Straight from the Gut«, del inefable Jack Welch, uno de los más reputados y fascinantes directores generales de General Electric, se puede leer lo siguiente: «La mayoría de la gente, incluyéndome a mí, no entendía mucho (del discurso de Mikel Harry sobre Six Sigma)«.
Mikel Harry, fallecido recientemente, es considerado uno de los principales arquitectos de Six Sigma, y la falta de inteligibilidad a la que se refiere el bueno de Welch se debe a perlas como la siguiente del gurú Harry: «la magnitud de la inflación impuesta a la reproducibilidad instantánea con una constante compensatoria utilizada para corregir la reproducibilidad sostenida del efecto de los errores de fabricación no aleatorios, perturba el centro del proceso«.
¿Usted lo entiende? Pues eso.
¿Le espantan los acrónimos de Six Sigma (SS, MBB, BB, GB, YB, DMAIC, DPU, DPMO, DPMO, FTY NIVEL SIGMA, SIPOC, etc.)? Nunca pierda de vista lo esencial. Y lo esencial no es la jerga. No es el mumbo jumbo. Usted puede realizar un trabajo excelente en Six Sigma sin necesidad de aprender nada de todo eso.