Una empresa cliente se enorgullece de haber empezado a emplear la regeneración por K-curve (Kleingarn) de sus soluciones de decapado basadas en clorhídrico. Efectúa análisis periódicos, normalmente una vez al mes. Esto es lo que se observa a lo largo de dos años para dos de sus cuatro baños:
Durante el primer año sigue un esquema tradicional de regeneración. Los baños arrancan con aproximadamente 150 g/l de solución de clorhídrico con un contenido en hierro relativamente bajo (entre 60 y 70 g/l). Al agotar los baños (hacia los 50 g/l de clorhídrico, aproximadamente) deciden aplicar desde ese momento la curva de regeneración de Kleingarn y operar en equilibrio. En las gráficas se percibe que el control de los baños deja un poquito de desear, pero intentan mantenerlos alrededor del punto [HCl, 100 g/l]x[Fe, 120 g/l], ligeramente apartado del equilibrio (a medio camino entre la saturación y el decapado óptimo).
Hay ciertos momentos interesantes en estas gráficas:
- Cuando deciden prescindir del sistema tradicional y aplicar Kleingarn, eliminan primero una poca cantidad de solución (pico inferior del Fe) y la reemplazan por ácido fresco (pico superior del HCl). Esto se observa en las observaciones 17 y 18 de ambos baños.
- Como la cosa no acaba de funcionar, en el punto de observación 19 acometen una eliminación abundante de solución decapante para su reemplazo por clorhídrico. El punto es [HCl, 180 g/l]x[Fe, 86 g/l] para el baño 1 y de [HCl, 135 g/l]x[Fe, 120 g/l] para el baño 2. Enseguida se percatan de que han situado las soluciones de decapado en saturación y corrigen ambos baños en el punto de observación 20.
La idea era buena. La intención, excelente. Pero desperdiciaron dos baños durante tres meses.